Cada día usamos más las Redes Sociales, disfrutamos compartiendo contenidos en ellas, pero no somos conscientes de los efectos legales que pueden conllevar dichas acciones.
¿Conocías que en algunas Redes Sociales una fotografía tuya, tomada desde tu cámara y subida, puede ser usada por otros usuarios? ¿Sabías que si cancelas una cuenta en una red, tu información íntima puede continuar publicada y ser accesible a otros usuarios? ¿Te ha pasado alguna vez que alguien publica una fotografía, video o comentario y tu nombre aparece etiquetado, sin que hayas dado tu consentimiento?
Nadie está exento en la red de riesgos o posibles ataques malintencionados que pueden generar situaciones que amenacen la integridad de los derechos al honor, intimidad personal y familiar y propia imagen del usuario, así como los derechos de terceros.
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Las redes sociales y la violación al derecho a la intimidad
La exposición de la vida privada en redes sociales es preocupante, y las consecuencias que ello trae abren un debate sobre el derecho a la intimidad y la libertad de expresión.
La confrontación de derechos es motivo hoy de controversia, debido a la proliferación de redes sociales como Facebook o Twitter, donde los usuarios aportan datos personales sin ser conscientes de las consecuencias que puede ello acarrear.
Las condiciones legales a las que son sometidos, en la mayoría de los casos, ni siquiera son leídas, amén de la ambigüedad que la mayoría presentan.
El derecho a la intimidad y el derecho a la imagen conforman, entre otros, los derechos «personalísimos», y corresponden a las personas por su sola condición de tal, desde antes de su nacimiento y hasta después de su muerte.
Tanto el derecho a la intimidad como el derecho a la imagen son atacados diariamente en Internet. Los avances tecnológicos, permiten que se publiquen imágenes sin autorización de sus titulares, atacando de esta forma la intimidad de las personas.
El proceso de informatización que ha habido en los últimos 30 años ha producido una serie de transformaciones, tanto en las estructuras sociales como en comportamientos humanos, y ha tenido consecuencias en todos los ámbitos.
La dignidad humana puede verse afectada cuando quien posee información personal, publica estos datos en las redes sociales, humillando y ofendiendo a alguien.
Las leyes de protección de datos nacen para proteger al titular en cuanto a su intimidad personal, restringiendo la circulación de datos sin autorización.
Los delitos que más frecuentemente se dan son relacionados con el fuero íntimo, como calumnias, injurias, amenazas y hasta suplantación de identidad. Esto que hace unos años podría haberse considerado «broma», es hoy un delito.
Quienes hacen uso de las nuevas tecnologías, deben ser conscientes de ciertas limitaciones que se presentarán a la hora de defender su derecho a la no publicación de datos personales.
Uno de los datos a tener en cuenta es que la Ley de Protección de Datos posee un ámbito de aplicación reducido si se tiene en cuenta que las redes, en su mayoría, se encuentran alojadas en Estados Unidos, como por ejemplo Facebook.
Es necesario por parte de los usuarios, evitar la publicación de información personal, fotos o videos (ya sean de familiares, de amigos, y de menores).
Nuestros derechos empiezan a ser respetados cuando los hacemos respetar, y ésta es una de las formas.
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¿Qué ocurre cuando quienes vierten ese material son menores de edad?
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Los menores de edad, son hoy quienes usan y abusan de las redes sociales. La falta de control por parte de los adultos los convierte en futuras víctimas de delincuentes, pudiendo ser sometidos a delitos gravísimos como el de tráfico de personas.
Este grupo que publica fotos, videos, información personal, afectando el honor, la intimidad y la imagen, no sólo suyas sino también de terceros, no poseen control por parte de las redes sociales, lo cual hace que no sean ellos, solamente, los vulnerables a todo tipo de delincuentes, sino todos aquellos que los rodeamos, mientras derechos como el de la intimidad y la imagen son ignorados.
Hoy las redes sociales están pasando por una etapa de transición donde se intenta equilibrar lo público y lo privado, mientras tanto se deberá apelar a la responsabilidad de cada usuario para que derechos como el de la intimidad no se vean vulnerados. Es por ello necesario tener seguridad en lo que se publica, sobre todo si son datos personales o si son imágenes que afectan a terceros.
Es necesario también hacer hincapié en la función que hoy cumplen las redes sociales, permitiendo la libertad de expresión, derecho que no debe ejercerse en detrimento de la necesaria armonía con los demás derechos constitucionales, como ser la integridad moral y física de las personas.
Las redes sociales llegaron para quedarse, instalando así un debate jurídico. Evitar algunas conductas puede llevar a evitar futuros dolores de cabeza.
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La protección de datos personales en el ámbito de las Redes Sociales
Un dato de carácter personal es cualquier información concerniente a personas físicas identificadas o identificables. Entre los datos personales que en el contexto de las Redes Sociales pueden llegar a identificar a las personas, se encuentran los datos de contacto, las preferencias, los hábitos del usuario y la dirección IP.
El derecho a la protección de datos personales en España ha sufrido en las dos últimas décadas, una revolución sin parangón. Sin embargo, la evolución de la protección de datos personales en España no ha estado exenta de situaciones y problemas que son cada vez más acuciantes, derivados del uso y explotación de nuevos servicios online.
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¿Qué dos grandes riesgos puedes presentar las Redes Sociales respecto a la protección de datos personales?
1. – Algunas veces, los datos personales tratados por la Red Social pueden ser comunicados, cedidos o puestos a disposición de terceros por motivos de distinta índole, como mantenimiento por servicios de alojamiento o hosting, almacenaje, o comunicación a terceros para realizar acciones de marketing directo.
2.- A pesar de los textos legales que aparecen en las Redes Sociales relativos a la protección de datos personales de los usuarios, es habitual observar que dichos textos legales no son comprensibles por muchos ciudadanos, por no disponer de experiencia o formación jurídica. Los textos, además, en muchos casos suelen estar publicados en lugares de difícil acceso y localización.
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Todo ello nos ha llevado a la no lectura en la gran mayoría de los casos de los avisos legales y políticas de privacidad, y en aquellos casos en los que son revisados por los usuarios, no son realmente comprendidos, por lo que no cumplen su objetivo principal, que es que el usuario conozca absolutamente toda la información relativa a la finalidad del tratamiento de sus datos personales y la gran cantidad de implicaciones que conlleva su tratamiento
Esta situación que se puede entender habitual en la red, pues la información fluye muy rápido, puede generar graves problemas a los usuarios, cuyos datos pueden ser empleados de forma mal intencionada para la remisión de correo electrónico (spam), o la realización de estafas online (phishing o pharming, entre otros).
Encontramos tres momentos cruciales en este ámbito:
El primer momento de riesgo se encuentra cuando rellenamos el formulario de registro, pues muchas veces los datos solicitados en el formulario de registro, aunque no obligatorios, sean excesivos.
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El segundo momento crítico es cuando el usuario utiliza las herramientas y servicios que la plataforma ofrece.
• Publicación excesiva de información personal o de terceros sin consentimiento.
• Instalación y uso de cookies sin conocimiento del usuario para recabar información sobre el usuario mientras navega.
• Que el perfil del usuario sea indexado automáticamente por los buscadores de internet y pueda incluir el nombre, fotografía del perfil y de los amigos o contactos, etc.
• La recepción de publicidad online hipercontextualizada que permite determinar el tipo de productos y servicios que el usuario va a demandar mediante la aplicación de algoritmos de indexación.
• La recepción de comunicaciones no solicitadas (spam).
• Etc, etc.
El tercer momento de riesgo es cuando se solicita la baja del servicio. En algunas plataformas, la baja del servicio no se ha llevado de forma efectiva, manteniéndose los datos personales de los usuarios a disposición de los responsables de la red social. De igual forma, el posible riesgo de que los proveedores de servicios conserven los datos de tráfico generados por los usuarios, para utilizarlos posteriormente como herramientas para conocer sus preferencias y perfiles, y realizar publicidad contextualizada.
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Recomendaciones:
El consentimiento que presta el usuario es válido en el momento en que decide aceptar la política de privacidad y condiciones de uso de la plataforma que constan en el formulario de registro.
Del mismo modo, los usuarios deben valorar siempre, qué tipo de datos proporcionan a la plataforma y publican en su perfil, ya que no tiene la misma trascendencia el tratamiento por parte de la plataforma de los datos de carácter personal de nivel básico (nombre, dirección, teléfono, etc.), que otras información de contenido más sensible (nivel de renta, solvencia, recibos, afiliación sindical o política, salud, vida sexual, etc.), donde el nivel de protección y concienciación por parte del usuario deberá ser mucho mayor, dado que se trata de derechos pertenecientes a la esfera más íntima de su vida.
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